¿Artrosis cervical? Conoce los síntomas y medidas de cómo prevenirla
¡Cuida la columna cervical!

Tener molestias o dolores en la zona cervical puede llegar a ser bastante incómodo. La columna vertebral soporta la parte superior de nuestro cuerpo, proporciona soporte al tronco y protege a la médula espinal. Por tanto, la convierte en una de las partes más vulnerables y delicadas de nuestro esqueleto y una de las que más hay que cuidar, manteniendo, por ejemplo, una buena higiene postural.
Causas y síntomas
Si se presenta dolor cervical, la dolencia puede estar localizada en la columna. La columna cervical es la parte alta de la columna vertebral y se compone de un conjunto de siete vértebras y discos intervertebrales. Los huesos que componen la columna cervical se pueden desgastar por múltiples factores y se puede ocasionar la artrosis cervical. Esta enfermedad, cómo se ha mencionado, se produce por el desgaste o degeneración del cartílago de las cervicales. Por tanto, se considera que en la mayoría de los casos, la artrosis cervical es causada por factores genéticos y ambientales. Aunque se puede padecer a cualquier edad, es más probable que aparezca entre los 30 y los 60 años. Pero también puede haber una causa más clara como un traumatismo previo, una mala postura, girar el cuello de forma brusca al hacer deporte, una infección o un pinzamiento del nervio.
El principal síntoma de la artrosis cervical es el dolor de cuello al realizar movimientos. Además, aquellos que lo sufren suelen incidir en una rigidez temporal en la zona del cuello que suele mejorar con el movimiento. También puede ocurrir que el dolor cervical aparezca de forma rápida y desaparezca en unos pocos días, por tanto, se tratará de una dolencia aguda. En el caso de que fuera crónico, la intensidad del dolor será más lenta y se producirá en la parte posterior e inferior del cuello, con una duración de semanas o meses. En ocasiones, todo va acompañado de dolores de cabeza o sensación de mareo y náuseas. Sin embargo, una cosa que hay que tener en cuenta es que presentar dolor de cuello no significa padecer artrosis cervical. Muchas de las actividades del día a día, como malas posturas al dormir o en el puesto de trabajo, son causas del dolor cervical, independiente de la artrosis que se padezca. Por tanto, para mejorar esto, se pueden trabajar ejercicios para la artrosis cervical y así reducir las dolencias.
Medidas de prevención para la artrosis cervical
Para mejorar y aliviar el dolor cervical empieza por mantener una buena higiene postural. Hay que tener en cuenta una serie de medidas posturales o hábitos en nuestras actividades cotidianas.
En primer lugar, mantener una buena posición en la cama mientras dormimos es fundamental. Es aconsejable dormir manteniendo la cabeza y el cuello alineado con la espalda. Para más comodidad se puede usar una almohada baja para la zona cervical. Y descansar al menos 8 horas al día.
Si trabajamos frente a un ordenador, la posición del monitor debe estar a la altura de los ojos. De manera que, la cabeza queda en una posición bien equilibrada y así no hace falta que se doble el cuello hacia delante o detrás en ninguna ocasión. Así, estar durante horas sin movernos frente al ordenador no es bueno para la salud del cuello. Se recomienda levantarse y hacer unos estiramientos y ejercicios para cuidar la columna cervical.
Otro aspecto importante es evitar llevar bolsas pesadas en el hombro porque puede tensionar el cuello y provocar dolor cervical. Asimismo, cuando recibimos llamadas telefónicas, no es aconsejable sostener el móvil entre la cabeza y el hombro mientras hablas. Para ello, utiliza mejor auriculares o un altavoz.
En general, cuando estás parado o sentado se recomienda mantener los hombros en línea recta con las caderas, y que las orejas estén en forma directa sobre los hombros. De esta manera, la espalda se mantiene erguida y la salud de la columna cervical se garantiza.
Por tanto, podemos seguir estas medidas de prevención para mantener nuestro cuello sano. Cuando tengamos dolor cervical es importante consultar con un médico o especialista para que nos indique el tratamiento y las pautas a seguir más adecuadas a nuestro caso.
Fuentes
Elaboración propia a partir de diversas fuentes.