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El estrés puede estar detrás de los dolores musculares

Te contamos cómo puedes ponerles fin

El estrés es un sentimiento de tensión muscular o emocional generado por una situación o pensamiento de frustración, furia o nerviosismo. El estrés hace que nuestro cuerpo libere unas hormonas que ponen a nuestro cerebro alerta, lo que causa que los músculos se tensionen y aumente el pulso cardíaco.

Puede tener unas consecuencias en el cuerpo que afecten más allá de lo emocional como, por ejemplo, puede aparecer en forma de dolor o tensión muscular, fatiga, problemas de sueño, incluso alteraciones en el deseo sexual.

Cuando el estrés emocional es muy intenso o dura mucho tiempo puede afectar negativamente a la salud. Algunos de los problemas físicos que pueden ser ocasionados por el estrés son el dolor de cabeza, dolor de espalda, tensión muscular o contracturas.

El estrés, al provocar tensión en el cuello, puede generar cefaleas. Las cefaleas, que son fuertes dolores de cabeza, pueden ocurrir a cualquier edad y a cualquier persona, aunque son más comunes en mujeres adultas. Respecto al estrés laboral, la persona además de sentirse mentalmente estresada, físicamente adopta una mala postura al estar muchas horas seguidas en tensión sentado frente a un ordenador, por ejemplo.

Además, el estrés emocional también puede interferir en la coordinación de los músculos de la espalda, lo que facilita la aparición de contracturas musculares. En condiciones normales, los abdominales y la musculatura que rodea la columna vertebral se coordinan entre sí para mantener una postura erguida o conservar el equilibrio durante el movimiento. Esta sincronía depende de reflejos nerviosos. El estrés puede afectar a estos reflejos y provocar que la musculatura se contraiga indebidamente o a destiempo, lo que puede generar una contractura. Las contracturas musculares pueden aparecer ante esfuerzos muy pequeños, o incluso espontáneamente, y desencadenar en episodios dolorosos.

Estrés y dolores musculares, ¿cómo tratarlos?

Evidentemente, lo primero que se debe tratar es el atajar el problema desde la raíz y tratar el estrés, ya sea de estrés laboral o estrés emocional, eso es atajar el problema desde la raíz. Para este objetivo existen varias técnicas psicológicas que pueden ayudar a eliminarlo. Desde luego, es importante y debes consultarlo con tu médico.

Siempre consultando al profesional sanitario, si lo considera apropiado, se pueden tomar medidas para evitar y controlar estas molestias. Se pueden tomar pautas para intentar reducir el impacto del estrés en nuestros músculos como las siguientes:

  • Practicar una actividad física regular. El ejercicio puede contribuir al control del estrés y reducir su impacto. Si es posible, se recomienda practicar ejercicios aeróbicos como correr o nadar tres días a la semana. Si vas a iniciar la práctica habitual de un deporte, es conveniente que consultes antes con un profesional para valorar la situación general.
  • Conocer y cumplir las normas de higiene postural. Es decir, adoptar hábitos posturales correctos y realizar los movimientos de la vida cotidiana de forma que la carga para la espalda sea apropiada y se reduzcan los riesgos de padecer contracturas.

Si pones fin al factor o los pensamientos que te estresan, podrá ayudar a los dolores musculares derivados de esta situación. Lo ideal es resolver aquello que provoca el estrés. Si adoptas estos hábitos de vida saludable y de higiene postural en tu día a día puede que reduzcas las molestias musculares derivadas del estrés.

Fuentes

Elaboración propia a partir de diversas fuentes.