
¿Por qué adoptamos una mala postura corporal?
Una mala postura es una de las causas más habituales para sufrir todo tipo de dolencias, en especial en la espalda y cervicales. Pero, ¿por qué las adoptamos? Hoy nos vamos a centrar en subrayar seis de los factores más comunes que nos llevan a adoptar una postura corporal perjudicial:Jornada laboral sentada. Demasiadas horas en nuestro lugar de trabajo, sentados frente al ordenador, provocan que encorvemos la espalda y adoptemos una postura corporal con los hombros caídos. Además, podemos incurrir en otro tipo de posiciones perniciosas para nuestro cuerpo, como cruzar o doblar las piernas, sentarnos sobre ellas, etc. En estos casos, espalda y cervicales se ven seriamente perjudicadas.No nos cansaremos de repetirlo: la vida sedentaria perjudica gravemente la salud. Una vida poco activa conlleva una evidente debilidad muscular que, a su vez, afectará negativamente a nuestra postura corporal.Carga excesiva de peso. Al transportar objetos pesados de forma incorrecta o al cargar con un peso desmesurado para nuestra capacidad, solemos ejercer una presión en nuestro cuerpo. Normalmente lo hacemos de forma descompensada, en un solo lado, y puede resultar muy peligrosa. Así disparamos el riesgo de lesionarse o sufrir dolores serios (sobre todo en la espalda), ya que la columna es la que recibe la mayor presión.Tacones. Le dedicaremos un artículo entero dada su importancia. Y es que con frecuencia tiende a olvidarse, pese a las consecuencias negativas que puede tener para la salud. La elevación del talón por el uso de tacones está cambiando nuestra forma de apoyar el cuerpo al andar, alterando nuestra postura corporal de forma anti-natural.Malos hábitos domésticos. Acciones tan triviales (en apariencia) como barrer, fregar, limpiar rincones de la casa elevados o, al contrario, las que se realizan a ras de suelo, conllevan un gran número de movimientos que debemos realizar de forma apropiada. De este modo evitaremos hacernos daño en articulaciones y columna.Malestar psíquico, malestar físico. Con mucha frecuencia, el camino hacia una mala postura no viene por nuestras acciones, sino por cómo nos encontramos emocionalmente. El estrés, las preocupaciones, la aparición de problemas o situaciones comprometidas o de tensión nos hacen adoptar una postura corporal inadecuada. Por ejemplo, a la hora de dormir. Y en ese momento, los sentimientos o sensaciones que hayamos experimentado se pueden convertir en dolor físico.
La solución no es fácil, pero está clara. Hemos de tomarnos en serio, trabajar y, en definitiva, educarnos posturalmente, puesto que los daños a nuestro organismo los podemos estar causando a diario, casi sin darnos cuenta. Combatir una mala postura es una de las mejores recetas para evitar lesiones o problemas de salud.
Fuentes
La Vanguardia
Vitónica